Un barbero casamentero II

12:10 Gaviot 0 Comments

Alguna vez leí que debería ser obligatorio asistir a una ópera de Rossini por lo menos una vez al mes, ya que despertaría en nosotros el deseo de ser personas felices y alejar toda actitud negativa de la vida. Bien, hoy yo soy muy feliz ya que el fin de semana pasado tuve el privilegio de asistir al estreno de la nueva producción de la asociación Juventus Lyrica en el Teatro Avenida de Buenos Aires: El barbero de Sevilla. Esta función permanecerá en mi mente y en mi corazón por la calidad y la frescura de los cantantes y la orquesta, sobre todo la actuación de Laura Polverini. Brava!!!!! Si bien el primer post de esta sección se refirió al Barbero más famoso, permítanme retomar y extenderme en esta maravillosa ópera bufa. Dividida en dos actos, la música fue compuesta por Gioacchino Rossini sobre libreto de Cesare Sterbini, basado en la comedia del mismo nombre de Pierre-Agustin Caron de Beaumarchais. Su estreno en el Teatro Argentina de Roma en 1816 fue un completo fracaso, todo lo que podía salir mal, salió peor. Pero el tiempo demostró la eterna vigencia, espiritualidad y genio de esta maravillosa obra. Vayamos entonces al argumento..

Primer Acto – Cuadro 1

El Conde de Almaviva, un joven noble, llega a Sevilla buscando a Rosina, a la que ha visto en Madrid y de la que se ha enamorado. Junto a su criado Fiorello y un grupo de músicos, ronda la casa de su amada y canta la bellísima serenata “Ecco ridente in cielo” (aquí está sonriente en el cielo). Disfrutémosla en la voz de Juan Diego Flórez, en una versión presentada por el Metropolitan Opera House en el año 2006:



Al lugar llega un antiguo criado del Conde, Fígaro, barbero de la ciudad de Sevilla y que además cumple diferentes funciones en la casa del Doctor Bartolo, tutor de Rosina. La presentación de Fígaro es una de las arias más espectaculares por la excelente capacidad de dicción y habilidad que debe tener el cantante para afrontar tan complicada partitura. Escuchemos a Peter Mattei en una atrevida y traviesa versión del "Largo al factotum della città"





El conde desea que Rosina lo ame por sus cualidades personales y no por su fortuna, por eso decide presentarse como Lindoro, un simple y pobre estudiante. Cuando el Dr. Bartola sale de casa, Rosina se queda esperando que su amado le diga “como se llama y sus intenciones”. El conde le canta la hermosa cancioncilla "Se il mio nome saper voi bramate" (si quieres saber mi nombre), contándole que es pobre, que solo puede darle amor y que suspira por ella desde la aurora hasta el anochecer. Aquí nuevamente la versión de Juan Diego Flórez





El conde necesita entrar en la casa de Rosina y por eso pide a Fígaro que lo ayude prometiéndole todo el oro que desee. La primera idea que el oro hace surgir en Fígaro es que el conde se disfrace de soldado para poder alojarse en casa de Rosina. La segunda idea es que aparezca borracho, y así no despertar sospechas en el Dr. Bartolo. Acuerdan este plan, pero antes de separarse el conde quiere saber dónde queda la barbería de Fígaro, quien responde con una detallada descripción: “Numero quindici, a mano manca”. El final de esta escena es extraordinario, con un Fígaro imaginándose el sonido de las monedas y un conde que piensa en conquistar a Rosina. Que deleite escuchar el dúo en las voces de Juan Diego Flórez y Peter Mattei!!!!!





Primer Acto – Cuadro 2

Aunque ya habíamos conocido/escuchado a Rosina, su verdadero papel protagonista se inicia en este momento cantando “Una voce poco fa” que es su tarjeta de presentación. Una bellísima aria en la que Rosina nos muestra su personalidad: está enamorada, es dócil, respetuosa y obediente, pero capaz reaccionar como una víbora para defender lo que le importa, para defender su amor. Escuchemos la Rosina de Joyce DiDonato





Finalmente el conde entra en casa de Rosina gracias a su disfraz de soldado borracho, y exige ser alojado allí. El Doctor Bartolo no acepta la petición del soldado y comienza un formidable embrollo en el que participan todos los protagonistas: el conde, Rosina, el Doctor Bartolo, Fígaro y los sirvientes. El escándalo es tan grande que acude la guardia para arrestar al “soldado”, pero éste devela al capitán de la guardia su verdadera identidad, lo que deja a todos “duros como una estatua”. El final del primer acto nos regala una escena muy divertida que culmina con el “Mi par d’esser con la testa”, de absoluto delirio musical por parte de Rossini, y donde todos los personajes muestran una total y disparatada histeria.





Segundo Acto

Después del embrollo el Dr. Bartolo sospecha que el soldado fue enviado por el Conde Almaviva para hablar en secreto con Rosina. Claro que no sabe que es el propio conde el que estuvo burlándose de él. Ahora el conde ingresa a la casa bajo la identidad de Don Alonso, alumno de Don Basilio, el maestro de música de Rosina. Ésta aparece en escena y se lleva una gran sorpresa al ver a su amado disfrazado de maestro de música y preparado a darle su lección de canto. Nos encontramos ante uno de las mejores momentos en la ópera cuando ella canta el aria "Contro un cor che accende amore" de una profunda belleza melódica…





Luego de una serie de idas y vueltas, Rosina, el conde y Fígaro planean fugarse a la medianoche. El Dr. Bartolo decide buscar al notario para casarse inmediatamente. Antes, le muestra a Rosina una carta y la convence que el propio barbero y Don Alonso están confabulados para “entragar” su inocencia al malvado Conde de Almaviva. Como Rosina sigue creyendo que su amado es Lindoro, cree las crueles palabras y por despecho revela el plan de fuga. En medio de la noche y con una lluvia torrencial, llegan Fígaro y el Conde a la casa, y encuentran a una Rosina inaccesible e indignada. Ninguno de los dos comprende la situación hasta que ella explica el tema de la carta que le ha entregado su tutor, el Dr. Bartolo, y reprocha “como ha fingido amor par entregarla al vil Conde Almaviva”. Aliviado, el Conde se alegra ya que puede develar su verdadera identidad. El enojo se transforma en felicidad expresada en un trío de gran belleza y diversión. Fígaro interrumpe a los enamorados, avisando el peligro que corren, ya que puede ver movimientos cercanos a la casa. Deciden entonces huir por la escalera que han dejado fuera, “zitti, zitti, piano, piano…”





La escalera por donde pensaban huir ha sido retirada, están atrapados. Pero el barbero toma la iniciativa y, haciéndose pasar por el Dr. Bartolo, le pide al notario que case al conde y “su sobrina”. Así, se concreta el matrimonio entre los felices amantes. Aparece el Dr. Bartolo con varios soldados para que detengan a los intrusos, pero todo es inútil cuando la identidad del conde es revelada, al igual que el reciente casamiento. La ópera acaba con la alegría de Fígaro, de los amantes y del resto de los presentes, que celebran el triunfo del amor interpretando una música de gran emotividad.



Bravo!!!!!!! Esta ópera es una maravilla. Como siempre, este es el enlace donde pueden encontrar el Libreto Completo en su idioma original (italiano), y traducido al español http://www.supercable.es/~ealmagro/kareol/obras/barbero/acto1.htm

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